Marianella Salazar: Chávez será anfitrión de Gadafi

Antes no fue así. Los dictadores o huían, o al concluir sus gobiernos por diversas razones se iban a otros países con todas sus culpas y botijas llenas, sin responder por ellas.

Eran cobijados por otros dictadores, pero hoy la tendencia es a democratizar las sociedades, aunque haya excepciones, como fue en América Latina el caso de Fujimori en el Perú, país que pudo continuar por la ruta democrática.

Ni los dictadores ni los caudillos tienen buena prensa; su imagen negativa se ha consolidado en la sociedad internacional. No es de extrañar que un cadillo con inmunodeficiencia democrática como Hugo Chávez, que acumula persecuciones políticas, arbitrariedades contra la propiedad privada, que va a contracorriente de la historia exportando esa pesadilla fidelista de la revolución continental, pueda dar cobijo a los líderes más forajidos del planeta, con quienes ha venido sellando alianzas políticas y económicas, como la firmada con el padre de la revolución socialista y popular de Libia, Muamar Gadafi, a quien no sólo concedió la espada de Bolívar y condecoró con la orden máxima del Libertador, sino que entregó las tierras del hato Piñero, en el estado Cojedes, para un supuesto desarrollo agropecuario, precisamente en un área donde los libios no tienen experiencia ni tradición.

Según fuentes de inteligencia, todo está preparado para recibir en calidad de asilado al “Carnicero de Lockerbie” y a su familia, en caso de que salga forzosamente de Libia, porque no lo hará por su propia voluntad. A nadie en el mundo le quedan dudas del verdadero papel que juega Chávez en un tablero internacional que controlan los enemigos de la civilización occidental. La próxima plaga que podría ser hospedada en nuestro país es el dictador del Sudán, Omar Hassan al Bashir, que también esta guindando en tusero.

La huelga de hambre El Gobierno acusa a la ultraderecha de organizar las huelgas de hambre indefinidas en todo el país, donde los huelguistas, en su mayoría jóvenes y estudiantes, piden la atención de la OEA sobre los presos políticos. Como ya es costumbre con quienes utilizan la resistencia pacífica, los tildan de locos y aseguran que su sacrificio es una farsa. Una vez más, el Gobierno ­que define su revolución como humanista, aunque esté armada hasta los dientes­ demuestra falta de humanidad y absoluto desprecio por la vida. Antes no pudieron ser capaces de ponerle fin a la larga agonía del productor agropecuario Franklin Brito, que fue humillado sistemáticamente y condenado a muerte, ahora fabricarán imputaciones a representantes de algunas ONG, señalados como organizadores, desestabilizadores pagados por el imperio y responsables por los daños en la salud de los jóvenes. Ojalá que los huelguistas no tengan el mismo trágico final de Brito.

msalazar@cantv.net